Seguramente la batalla más sangrienta y mortífera de la historia se libró en el frío invierno ruso entre 1942 y 1943. Hitler, tras romper el pacto Ribbentrop-Molotov del 39, se lanzó a la conquista de la URSS dos años antes. Frenado a las puertas de Moscú, su ambición por mantener un frente de miles de kilómetros y el deseado petróleo del Caucaso hará que su 6º ejército se sitúe a las puertas de Stalingrado, a las orillas del Volga, en agosto de 1942. Todo estaba a favor de los alemanes, incluso periódicos alemanes llegaron a publicar que la ciudad rusa había caído, pero las tornas cambiaron y finalmente el 6º ejército alemán fue capturado casi en su totalidad. Fue el principio del fin de Alemania en la II Guerra Mundial.
¿Cómo pudo Alemania, con la maquinaria de guerra más perfecta creada jamás, caer en Stalingrado?. Varias fueron las causas de la derrota: una ciudad casi en ruinas que permitió una resistencia casa por casa de los rusos y ante la que el ejército alemán no estaba preparado y, por otro lado, los "dudosa" metodología de guerra rusa basada en el eslógan "Ni un paso atrás" de Stalin, donde todo aquel que retrocediera en el frente era aniquilado por sus propios compatriotas.
Durante estos días, los rusos celebran la victoria contra Alemania en la batalla que cambió el curso de la guerra y, por consiguiente, de la historia.
Si queréis saber más sobre la batalla, os recomiendo la película "Enemigo a las puertas", donde se retrata con toda su crudeza lo que pudo ser aquella carnicería donde murieron más de 2.000.000 de personas. También os dejo un enlace al artículo de El Pais sobre la conmemoración de la batalla durante estos días.
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