25.5.10

El straperlo, la ruleta que acabó con el bienio conservador

Preparando el epígrafe de la II República para 4º ESO me ha venido al recuerdo este artículo de Marc Fontbana que publiqué el año pasado en el blog del departamento del IES. Os lo cuelgo para que veais que esto de la corrupción no es patrimonio del presente y cómo una simple ruleta de casino puede cambiar la historia de un país.

"SE CUMPLEN SETENTA Y CINCO AÑOS DE LA PATENTE, POR STRAUSS Y PEREL, DE UNA RULETA QUE, EN ESPAÑA, NO SÓLO REVOLUCIONÓ LOS JUEGOS DE AZAR, SINO QUE, COMO RECUERDA MARC FONTBONA, SUSCITÓ UNO DE LOS MAYORES ESCÁNDALOS POLÍTICOS DE LA II REPÚBLICA, PROVOCANDO A FINALES DE 1935 LA CAÍDA DEL GOBIERNO LERROUX Y LA CONVOCATORIA DE NUEVAS ELECCIONES.

Los dos boxeadores lan­zaban sus últimos gol­pes en el duodécimo y definitivo asalto, bajo el griterío de los trein­ta mil espectadores que llenaban el estadio de Montjuic. A lo largo del combate, el invulnerable púgil vasco Paulino Uzcudun había resistido imperturbablemente los constantes ataques del ex campeón del mundo de los pesos pesados Max Schmeling. El alemán exhibió su su­perior estilo con certeros directos de iz­quierda que se estrellaban contra el cuerpo de hormigón del vasco. En los últimos minutos, Uzcudun tomaba la iniciativa, castigando al ya exhausto campeón alemán. Al sonar la campana que dio por terminado el encuentro, ambos boxeadores se mantenían en pie y los jueces declararon el combate nulo.

La cita pugilística tuvo lugar el 13 de mayo de 1934, en Barcelona. Era un combate amistoso y sin trascenden­cia deportiva, organizado por Daniel Strauss, un hombre de negocios alemán que, poco antes, se había establecido en la ciudad. El espectáculo reportó unos resultados económicos ruinosos, con pérdidas de hasta trescientas mil pe­setas. Sin embargo, la celebración del evento cumplió con creces el objetivo real del empresario: promocionarse ante las autoridades que llenaban el palco presidencial –entre ellos, el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, y el alcalde de Barcelona, Caries Pi i Suñer–. En realidad, Strauss abrigaba el pro­pósito de introducir un novedoso mo­delo de ruleta y regentar locales de juego. Pero carecía de los permisos para poner en marcha su negocio. La obtención de esas licencias aca­baría por provocar una grave crisis po­lítica y la debacle del gobierno de la coa­lición de derechas de España, a fina­les de 1935.

Los juegos de azar–especialmente la ruleta– estaban prohibidos en Espa­ña. Y en la mayoría de países europeos. Sin embargo, en la década de los 30, se popularizaron numerosos modelosde pseudoruletas, que funcionaban ale­gremente en los grandes casinos de todo el continente. Se trataba de am­biguos recreos que se hallaban en la frontera entre los juegos de azar y los de destreza. Daniel Strauss, en colabora­ción con su esposa, la señora Lowmann, y un socio llamado Jules Perel, había pa­tentado un modelo de ruleta, cono­cido como straperlo, cuyo resultado dependía de la pericia de los ju­gadores y eliminaba el factor suerte.

El juego había funcionado satisfactoriamente en el Hotel Quellenhof de Aachen. Sin embargo, Strauss era judío y tuvo que abandonar su Alemania natal ante la amenaza nazi. Los tres socios se trasladaron a Holanda en 1933, y allí introdujeron el juego en tres casinos costeros (Scheveningen, Zandvoort y Noordwijk). El straperlo desató la locura entre los holandeses. Pero un año más tarde murió de éxito. Una suma de factores –alarma social ante el juego, acoso de los casinos competidores y la disconformidad de Hacienda– propició el fin de la experiencia holandesa. Una orden gubernativa limitaba las actividades lúdicas a la temporada de verano y bajo severas restricciones. Finalmente, los propietarios de los casinos optaron por prescindir de los servicios de Perel & Co. y esperar a una definitiva legalización de los juegos de azar –que no llegó hasta 1973.Daniel Strauss, que disponía de pa­saporte mexicano y hablaba español, volvió su atención hacia España. Una vez en Barcelona, se asoció con Joaquim Gasa –empresario y productor teatral–, quien le guiaría por la intrincada sen­da de la política local. Ambos organi­zaron el combate entre Uzcudun y Schmeling. En mayo de 1934, se ofre­ció la primera demostración pública del straperlo en el Hotel Terramar de Sit­ges. El propósito de Strauss era con­seguir una autorización de la Genera­litat de Catalunya para instalar el juego en esa población. Sin embargo, el partido en el gobier­no catalán, Esquerra Republicana de Cata­lunya, mantenía una posición reticente en materia de juegos de azar. La negativa del presidente Com­panys fue rotunda.

En Madrid, sin embargo, el Gobierno estaba formado por una alianza de partidos de la dere­cha, y varios miembros del Partido Ra­dical Republicano se habían mostrado muy receptivos con el proyecto del stra­perlo. Joaquim Gasa y Joan Pich i Pon –a la sazón subsecretario de Marina– con­vencieron a Strauss para repetir la de­mostración en el Hotel Ritz ante la pre­sencia de Aurelio Lerroux, sobrino del líder de los radicales y futuro jefe de Go­bierno: Alejandro Lerroux.A lo largo del mes de junio, los em­presarios y los políticos llegaron a un acuerdo económico para explotar el straperlo en el Casino de San Sebastián. Varios personajes en la órbita del Par­tido Radical harían valer sus influencias para conseguir la autorización, a cambio de un porcentaje en el negocio. Según la versión de Strauss, Alejandro Lerroux recibiría el 25 por ciento de los bene­ficios; Pich i Pon, un diez por ciento; y Aurelio Lerroux, Miguel Galante y el periodista Santiago Vinardell, un 5 por ciento. Además, para asegurarse la cooperación del ministro de la Gober­nación –Salazar Alonso–, Pich i Pon se había comprometido a hacerle llegar 100.000 pesetas. El subsecretario, Eduardo Benzo, recibiría 50.000 pe­setas. Otras cincuenta mil estaban destinadas a agilizar la concesión de los permisos que expedía la Dirección Ge­neral de Seguridad –José Valdivia era el director general–. Sigfrido Blasco-Ibá­ñez, hijo del famoso novelista y líder del Partido de Unión Republicana Auto­nomista, otra formación política en coa­lición en el gobierno conservador, se comprometía a colaborar a cambio de 400.000 pesetas. Salazar Alonso y Ale­jandro Lerroux recibieron además un reloj de oro cada uno.

El 25 de agosto de 1934, Salazar Alonso –ministro de la Gobernación– concedió una autoriza­ción para la instalación de la ruleta stra­perlo. Después de diez años de prohibición, el 12 de septiembre, las ruletas volvían a girar en el Gran Ca­sino de San Sebastián. Aunque sólo por unas horas, ya que la policía clausuró el casino esa misma noche. Salazar Alon­so anuló la autorización anterior decla­rando ante la prensa que el juego no se­ría legalizado bajo su mandato. Este contratiempo no desanimó a Strauss, quien confiaba en el apoyo de Alejandro Lerroux desde la presiden­cia del gobierno y la definitiva auto­rización de su negocio. Sus pronósti­cos se cumplieron y, en diciembre, los crupieres anunciaban el "hagan juego" en el lujoso Hotel Formentor de Mallorca. El straperlo causó furor entre los mallorquines. En tan sólo una semana, tres mil personas visitaron la sala de juego. Cuando el católico lí­der de la Confederación Española de Derechas Autónomas, José María Gil-Robles, quien gobernaba en coalición con el Partido Radical de Lerroux, co­noció la noticia, exigió el cierre in­mediato del casino.Tras su tercer desenga­ño con los políticos españoles, Daniel Strauss tiró la toalla. Pero no sin antes in­tentar recuperar la inversión inicial. El alemán reclamó a Alejandro Lerroux 425.000 pesetas en concepto de pérdi­das, y le amenazó con hacer públicos los sobornos si no pagaba lo exigido. El chantaje no surtió efecto y Lerroux des­pachó el asunto sin darle demasiada im­portancia. En consecuencia, Strauss ini­ció una campaña de venganza. En mayo de 1935, envió un dossier al presiden­te de la República, Niceto Alcalá-Za­mora. El dossier contenía información detallada y veraz de los sobornos que los miembros del Partido Republicano Radical aceptaron a cam­bio de interceder para cónseguir las autorizaciones. Alcalá-Zamora no mantenía bue­nas relaciones con Lerroux y aprove­chó la ocasión para destituirle. El 25 de septiembre, Alejandro Lerroux anun­ciaba su renuncia, aunque alegando que la decisión venía motivada por otra crisis relacionada con los ministros del Parti­do Agrario. La trama del straperlo seguía siendo confidencial.


Daniel Strauss se había trasladado a Bélgica. Allí instaló el straperlo en el Madison Club, un edificio contiguo al pabellón de Holanda de la Ex­posición Universal de Bruselas de 1935. Ma­nuel Azaña, el líder de la oposición en Espa­ña, y Strauss se reu­nieron en el Hotel Carlton y éste le puso en antecedentes. Esa información, en ma­nos de Azaña, suponía una grave amenaza para la estabilidad del gobierno de derechas. El 18 de octubre, el eecutivo tomó la decisión de poner el caso del straperlo en manos del Tri­bunal Supremo, para evitar que la iz­quierda aprovechara el asunto con fines electoralistas.

Con el fin de dilucidar la implicación de los acusados, se creó una comisión de investigación. Durante las sesiones parlamentarias, se lanzaron severos reproches a los miembros del Partido Radical por haber cometido un de­lito de prevaricación. Pero el error más cen­surable fue la inge­nuidad de los implica­dos, que se aliaron con un personaje de du­dosa reputación sin tan siquiera investigar sus antecedentes. Se descubrió entonces que Strauss había te­nido que huir a Méxi­co, después de haber­se visto involucrado en varios negocios tur­bios incluido el robo de un diamante valo­rado en tres mil dólares.

En su comparecencia, Lerroux se presentó como víctima de un complot orquestado por Azaña para despresti­giarle, y consiguió ser declarado ino­cente. Sin embargo, la comisión re­dactó un dictamen condenatorio para el resto de implicados. Aurelio Lerroux, Joan Pich i Pon, José Valdivia, Eduar­do Benzo, Santiago Vinardell, Sigfrido Blasco-Ibáñez y Mi­guel Galante fueron relevados de sus cargos públicos. Tan sólo Sa­lazar Alonso resultó ex­culpado; sin embargo, él mismo había dimiti­do como alcalde de Madrid poco antes. Unos días después Alejandro Lerroux y el ministro de Instruc­ción Pública y Bellas Artes, Juan José Rocha García, dimitían tam­bién de sus cargos.

El caso del straper­lo fue el detonante que puso fin al perío­do de gobierno de centro-derecha co­nocido como bienio negro. Tras el so­nado escándalo, las izquierdas pre­sionaron al presidente de la Repúbli­ca para que disolviera las Cortes y con­vocara elecciones generales; hecho que tuvo lugar en febrero de 1936, siendo ganadas por el Frente Popular. Por su parte, Daniel Strauss sería re­clutado como oficial americano de la welfare en Europa al término de la II Guerra Mundial."

MARC FONTBONA

Extraído de La aventura de la historia, número 120

24.5.10

Video graduación 2010

En rigurosa exclusiva, el vídeo de los chicos de 2º Bachillerato que se pudo ver en el acto de graduación del viernes. "Mateemaatiicas..."

Video presentación Graduacion 2010 Fray Luis de León from edu lopez on Vimeo.

¿Quién mató a Gandhi?

Mahatma Gandhi, principal valedor de la independencia de la India tras la II Guerra Mundial, murió en 1948 asesinado por Nathuram Godse. Godse era un radical hindú relacionado con grupos de ultraderecha, que pretendían que la India no pagara a Pakistan el dinero acordado por la partición de la antigua colonia británica.


Godse y otro conspirador fueron condenados a muerte en la horca. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas fueron depositadas en el Ganges. El mundo perdía a uno de los mayores pacifistas de la historia, aunque nunca llegó a recibir el nóbel de la paz.

En la foto, Nathuram Godse, asesino de Gandhi.

4.5.10

En un rincón del mundo... (10)

Hacía tiempo que no colgaba una foto, así que la he puesto fácil. ¿Quién es este personaje que aparece en este sello? si sabéis ruso está chupado...