23.3.13

Cuando ser princesa es un infierno

Una vida deseada por muchos desde hace siglos. Lujo, cortesanos adulándote continuamente, caprichos mil y sin pensar nunca en el dinero. Qué fácil parece, pero qué dificil resulta a veces. Esta es la historia de la princesa Masako, mujer del futuro emperador de Japón, Naruhito, que desde hace años lleva sumida en una depresión debido a los rigores protocolarios, el hermetismo y el tradicionalismo de la dinastía más antigua de mundo.


"(...) no puede salir de palacio sin permiso, no tiene tarjeta de crédito, no dispone de acceso ilimitado a las comunicaciones telefónicas y a los familiares directos, ni cuenta con pasaporte individual, ni rutina propia. Articulada, sobresaliente, fluida en inglés, francés, ruso, alemán y español, pudo haber sido una excelente embajadora, pero en lugar de eso se hundió en un ambiente mohoso, y extemporáneo, donde le aconsejaron caminar tres pasos por detrás de su marido, no hablar a menos que se le hable, sonreír un poco, saludar un poco…"

Una mujer culta encerrada en un palacio de oro en el cual nunca se sintió cómoda, más aun cuando la presión para tener un hijo varón que heredara el trono (en Japón todavía esta vigente la ley sálica que impide reinar a las mujeres) se hizo inaguantable.

Si queréis conocer su historia completa, aquí tenéis el artículo de El País

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