Año 490 a.C. Llanura de Maratón, a unos 40 kilómetros de Atenas. Los griegos se juegan el todo o nada ante los persas. Si no ganan la batalla, el camino estará despejado para los ejércitos venidos de Oriente, algo impensable y horrendo para las mujeres de Atenas, que juran matar a sus hijos y posteriormente suicidarse si las noticias venidas del frente no son las esperadas.
La batalla es dura. Los griegos son minoría, pero su armamento supera al persa y terminan venciendo, pero la hora establecida para empezar el suicidio colectivo se acerca. Es necesario llevar la buena nueva a Atenas cuanto antes pero, ¿quién va a recorrer los 40 kilómetros que separan Maratón de Atenas?. El soldado Filípides es el elegido, corriendo velozmente hacia la ciudad. Cuando llega es recibido por la población aún viva de Atenas. Exhausto, solo puede decir un débil "hemos vencido" antes de morir de agotamiento. Atenas se había salvado gracias a él, una hazaña legendaria que inspiraría la carrera que actualmente conocemos como Maratón.
Sin embargo, parece que la historia tiene más parte de leyenda que de realidad. Según parece, Filpides no recorrió 40 kilómetros, sino ¡240! hasta Esparta para solicitar ayuda ante el desembarco persa en Maratón. Otras fuentes incluso hablan de que fue otro soldado (Eucles) el que recorrió esta distancia.
La actual distancia de la Maratón (42,195 km) tampoco es la distancia real entre Maratón y Atenas, sino que se fijó en los Juegos Olímpicos de Londres de 1908 cuando los corredores tuvieron que ir desde el Castillo de Windsor hasta el estadio olímpico. 2500 años después de la batalla, la Maratón sigue siendo el momento estelar de los Juegos Olímpicos.
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