10.2.12

Catalina y Juana

Catalina y Juana, hijas de los Reyes Católicos, tuvieron vidas bastante movidas debido a las políticas matrimoniales de sus padres, que las llevaron a casarse con la realeza británica y austriaca.


Catalina se casó primeramente con Arturo Tudor, príncipe de Gales, y tras su muerte con su hermano Enrique VIII, ya que había que mantener la alianza con Inglaterra. Catalina le dio una niña (María I de Inglaterra), pero ninguno de los hijos varones sobrevivió a la infancia. Enrique solicitó aprobación del Papa Clemente VII para anular el matrimonio de 24 años, con el argumento de que ella no podía concebir hijos varones y él deseaba desposar a Ana Bolena. A pesar de no ser autorizado por el Papa, Enrique siguió adelante con su idea, y se divorció de Catalina mediante una Ley del Parlamento en 1533. Esta circunstancia inició la ruptura entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Inglaterra, creando así la iglesia anglicana, hoy mayoritaria en las Islas Británicas. Enrique aún tuvo otras cinco mujeres, dos de ellas decapitadas para acabar con su matrimonio, entre ellas Ana Bolena.


A Juana I de Castilla, más conocida como Juana "la Loca", la casaron con Felipe "el Hermoso", hijo del emperador de Austria, con 17 años. A diferencia de la mayoría de los matrimonios de conveniencia, Juana se enamoró "locamente" de su marido. Sin embargo, su amor no fue correspondido, lo que supuso una angustia continua para Juana, más preocupada de las aventuras amorosas de su marido con las damas de la corte que de otra cosa. La desgracia de la reina se consumaría en 1507, cuando Felipe moría tras coger unas anginas de cuidado tras beber agua helada (o ser envenedado, según otros rumores que nunca se pudieron probar). Desde entonces, Juana estuvo tan trastornada que nunca se cambiaba de ropa, trasladaba el féretro de su marido allá donde iba y no permitía que ninguna mujer se acercara a él. Estos comportamientos supusieron que su padre, Fernando el Católico, la encerrara en un convento en Tordesillas y se hiciera cargo del trono. Tras 46 años de reclusión, Juana moría con su locura, locura de amor.

Fuentes: artehistoria y wikipedia

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