16.12.09

Cuando no se pueden hacer oídos sordos

El ruido es uno de los nuevos contaminantes de la sociedad moderna. Mirad en este artículo de El País el lío que hay montado con los habitantes de cercanos al aeropuerto de Barajas que sufren un ruido (vídeo demostrativo incluído); y las compañías aéreas, que no quieren perder un duro reduciendo el número de vuelos. Y de fondo, el "pelotazo" inmobiliario de hace unos años, donde se hicieron viviendas en sitios poco aconsejables. En fin, Spain is different.

14.12.09

El nevazo del año

Como hoy no hemos tenido clase de geografía por la nieve, al menos vamos a ver lo que ha pasado ahí arriba para que nos hayamos quedado en casa con la bata y en el braserete. Así repasamos un poco los mapas del tiempo, especialmente para los que tenéis recuperación el lunes.


Bueno chavales, así estaban las isobaras a las 12:00 de la mañana de hoy. A ver quién me cuenta lo que ha pasado e me identifica qué tipo de tiempo hace. Ar!!

13.12.09

Querido Fernando VII

Querido Fernando:

Ay Fernando, querido, esta tarde estaba haciendo un comentario de texto de uno de tus despropósitos, el Decreto de Valencia de 1814, y, con esto de las navidades, me han entrado ganas de escribirte unas palabras allí donde estés.

Fernando, has tenido el don de poner a todos tus contemporáneos de acuerdo y, aunque ahora las críticas se han suavizado, es difícil que todo el mundo coincida en una cosa, y más hablando de historia: que fuiste malo, malo y malo hasta decir basta.

Nacido de Maria Luisa de Parma, llevaste a los Borbones a la cima del desgobierno. Desde pequeño se te veía con mala sangre y, sobre todo, cruel y malvado como ninguno. Creo que eras más listo que tu padre, un pobre cornudo cazador que nunca te llego a la suela de los zapatos.

Ya de joven se la quisiste jugar a tu padre en El Escorial, pero pecaste de precipitación y de no rodearte de quien deberías. Te vino bien, ciertamente, ya que empezaste a desarrollar ese sentimiento de pena que, según parece, le provocabas a la gente cuando ponías cara de niño bueno. Tu padre que era un buenazo te perdonó, lástima que no te acordases de él en su final y no le dejases morir en paz en su país.

Supiste hacer de los males de España oportunidades para tu propio beneficio y, encima, te llevaste el gato al agua. Qué bien estabas en Francia, bribón Borbón, en esas “cárceles” en forma de palacios donde tu familia estaba “cautiva”. Qué penita distes a los españoles, matando gabachos y muriendo en tu nombre mientras tú te pegabas la vida padre tras los Pirineos, con esa pensión que cobrabas por ceder el trono. Pobre príncipe de las Españas, encarcelado por el cruel Napoleón, un buenazo al lado de ti. Allí tuviste mucho tiempo para planear tu vuelta como “El Deseado”.

Nunca fue una virtud tuya el agradecimiento, así se las gastaba “El Deseado”. Te limpiaste tus posaderas con la Constitución del 12, aquella cosa que nos hubiera puesto a la vanguardia de Europa pero, qué mala suerte, que te quitaba algo de poder. No te conformaste con defraudar a los que te querían, sino que los llevaste al paredón, como “agradecimiento” a los servicios prestados, estos sí, a tu “querida” España. Ese fue tu error, porque en la vida donde las dan, las toman, aunque tú tuviste suerte, mucha suerte, con ese Riego. Otra vez pusiste la cara de niño bueno y coló. Qué buena tenía que ser la cara, porque esta vez convenciste hasta a los que fusilabas. Fernando, el chaquetero más grande jamás nacido al sur de los Pirineos, firmaste esa Constitución que tiraste al retrete seis años atrás, convenciendo a todos que tú eras el primero que caminaba por la senda constitucional. Cómo sabias, malvado, que el camino tenía un atajo por el que nos iban a invadir otra vez los franceses. Vaya, esos impresentables franceses que te tuvieron cautivo años atrás, ahora venían en nombre de San Luis al salvar tus posaderas. A nadie le sorprendió, a estas alturas, que vendieras tu alma al diablo.

Fernando, el peor de los fernados, el peor de los reyes; nos tenías reservado un final de traca, acorde con tu figura. Hasta la muerte dando la brasa, Fernando. No te bastó con arruinar España a tu costa, perder América y limpiar el país de aquéllos que creían en el progreso, no, querías vivir después de muerto. Así, entre Pragmáticas Sanciones y Leyes Sálicas, le dejaste el marrón a tu mujer, a tu hija y hasta a tu nieto. Tres guerras civiles como tres soles, y España a la cola de Europa. Ese fue tu logro, Fernando.

Querido Borbón, aquí me despido de ti y de tu figura. Dicen por aquí que bicho malo nunca muere. Menos mal que contigo no se cumplió. Fernando, allá donde estés, quédate.

10.12.09

Atascados

El desarrollo de los medios de transporte y, especialmente, el alto precio de la vivienda en las grandes ciudades han provocado que, en los últimos años, las grandes ciudades hayan perdido población en favor de los municipios cercanos. Por ejemplo, mientras Madrid pierde habitantes, ciudades como Getafe, Alcorcón e, incluso, municipios de Toledo y Guadalajara ganan población. ¿Qué provoca esto? pues que el lugar de residencia no coincida con el lugar de trabajo y se produzcan los llamados movimientos pendulares (desplazamientos diarios de ida y vuelta de casa al trabajo), con los consiguientes atascos. Estos atascos no solo provocan cabreos, pitidos en la autovía y estrés, sino que económicamente son nefastos.
Aquí os dejo un artículo sobre las pérdidas económicas y temporales que causan los atascos al año para que reflexionéis un poco sobre el tema. ¿Cuál sería la solución?, decir algo en el apartado de los comentarios, please.


Las cartillas de racionamiento en la posguerra

Tras la Guerra Civil española (1936-1939), a los españoles todavía les quedaba por soportar una dura posguerra agravada por la autarquía y el aislamiento internacional del régimen franquista. Hasta 1953, la cartilla de racionamiento fue la salvación de muchos españoles para no morir de hambre, pero también permitió el enriquecimiento de algunos con el mercado negro o "estraperlo" que se originó al márgen. Aquí os dejo un artículo para que veáis detalladamente como funcionaba esta iniciativa:

"La cartilla de racionamiento fue una normativa decretada a nivel estatal y que estuvo vigente en las décadas de los años cuarenta hasta mediados de los cincuenta en toda España como consecuencia de la posguerra Civil Española y la II Guerra Mundial con una enorme repercusión social por afectar a la totalidad de la población.

Funcionaba la distribución de alimentos mediante la asignación de una cartilla personal que,mediante cupones y previo pago de los mismos, asignaba a cada ciudadano alimentos de primera necesidad. El suministro lo designaba la Comisaría General de Abastos que cada semana anunciaban públicamente el porcentaje, la cantidad y precio de los alimentos que se adjudicaban.
Cada ciudadano tenía asignado el proveedor o tienda de comestibles que podía utilizar.

Era imposible adquirir de una forma legal cualquier alimento que no estuviera controlado por el Racionamiento, salvo que se acudiera al mercado negro que se llamaba "estraperlo", con precios por muy encima de lo establecido por la Comisaría de Abastecimientos. Las personas que se salían de la normativa legal tenían altos riegos de ser condenados con penas de cárcel.
Como muestra del estricto control que se ejercía sobre los alimentos, se apuntan algunas de las normativas en el control y adjudicación de las viandas mediante la validez las cartillas de racionamiento":
Primero.- Estar selladas las Cartillas por la Delegación Provincial de Abastos.
Segundo.- Que figurasen reseñadas con la serie y número en el registro de Cupones de la Tarjeta de Abastecimientos, diligencia que se efectuaba en la entrega.
Tercero.- Tener reseñada la parte interior de la cubierta los datos que constan en la misma, relativos al propietario de la Colección de Cupones, datos que rellenaba el interesado, siendo firmada por éste. Las correspondientes a infantiles eran firmadas por el padre o encargado del mismo.
Cuarto.- Era requisito indispensable que la inscripción la efectuaran los interesados en el mismo establecimiento proveedor (ultramarinos y panaderías) en que habitualmente recibían el suministro, seguidamente se retiraban la nueva Colección de Cupones o Cartilla de Racionamiento.

Un ejemplo de los alimentos que se suministraba a cada persona por semana, que podía cambiar según las necesidades, cantidad y alimentos circulantes en cada momento según criterio de Comisaría de Abastecimientos, podía ser esta:
- Un cuarto de litro de aceite.
- Cien gramos de azúcar terciada.
- Cien gramos garbanzos.
- Doscientos gramos de jabón.
- Un kilo de patatas.
- Un bollito diario de pan de cien gramos."

Extraído de http://juanolilla.blogspot.com/2009/06/cartillas-de-racionamiento.html

4.12.09

En un rincón del mundo... (6)

Si sacáis esta nada más ponerla, me corto las venas. ¿Quién es este tío?, ¿por qué es importante para la historia mundial? Venga, vamos a ver si lo adivináis.