Estos días ha muerto Santiago Carrillo. Posíblemente os hayáis quedado igual, pero era uno de los personajes históricos vivos más importante de este país.
Nacido en 1917, participó en la Guerra Civil como miembro de la Junta de Defensa de Madrid ante los franquistas, dentro del Partido Comunista. Tras el conflicto, fue uno de los más activos en la oposición al franquismo en el exilio, donde fue nombrado líder del prohibido Partido Comunista de España en 1960. Tras la muerte de Franco y aun ilegalizado su partido, cruzó la frontera de incógnito con una peluca (verídico, abajo lo tenéis an al derecha) para dirigir la legalización del Partido Comunista tras la dictadura, algo que consiguió en 1977. Carrillo fue uno de los artífices de la Transición española al defender la política de reconciliación entre las dos Españas enfrentadas durante la Guerra Civil y el franquismo. Durante el golpe del 23-F, fue el único que permaneció sentado en su escaño junto con Gutiérrez Mellado y Suárez. En los últimos años estuvo retirado de la política, pero era frecuente su participación en tertulias radiofónicas y televisión.
Aunque siempre criticado por la extrema derecha española por su presunta participación en las matanzas de Paracuellos durante la Guerra Civil, es innegable que se trata de un personaje clave para entender la historia de España del siglo XX.
