"En 1926, la compañía Firestone Tire & Rubber firmó un contrato con el gobierno de Liberia por el cual arrendó durante 99 años un millón de acres [unas 405.000 hectáreas] para establecer allí una plantación de caucho. La superficie total de la concesión de Firestone representa el 4% del territorio y casi el 10% de las tierras fértiles del país. Firestone ocupa actualmente unas 240 millas cuadradas (aprox. 62.000 ha) de la concesión y tiene unos 7.000 empleados, en su mayoría caucheros. Hay también cerca de 4.000 jornaleros que trabajan para la empresa sin contrato, y por lo tanto sin beneficios tales como servicios de salud y educación para sus familias. Además, otras 4.000 personas trabajan en la plantación para los caucheros, sin relación legal con la empresa.

El cauchero se despierta cada mañana a las cuatro de la madrugada para empezar a sangrar los árboles, que pueden sumar hasta 750 en una jornada normal. Sin embargo, si no completa la cuota diaria sólo cobrará la mitad de los $ 3,38 que le pagan por día. La alta cuota fijada no le deja otro remedio que permitir que lo ayuden los miembros de su familia, o subcontratar a alguien. Los caucheros trabajan todos los días del año, incluso los festivos nacionales con la sola excepción de la Navidad, y producen un gran volumen de látex. En promedio, la producción mensual de un cauchero equivale a US$ 2.296,80 en Liberia y US$ 3.915,00 en el mercado mundial, mientras que el cauchero recibe US$ 125. De ese sueldo mensual puede tener que pagar a uno o dos subcontratados para que lo ayuden. “Esta gente nos trata como esclavos porque no tenemos a nadie que hable por nosotros y no tenemos dónde conseguir otro trabajo. Uno produce más de 5 toneladas de látex por mes para la compañía, y no le pagan ni lo que vale una tonelada”, dijo un cauchero con amargura.
Además de extraer látex, los caucheros deben aplicar productos químicos (tanto fungicidas como estimulantes) a los árboles, para protección y para aumentar la producción. También deben quitar la maleza bajo los árboles. Esta carga de trabajo hace que muchos de ellos deban contratar ayudantes para terminar con todo. Si el cauchero tiene una familia numerosa y no le alcanza su salario o su provisión de arroz para pagar a un ayudante, su esposa se ve obligada a abandonar a los niños para ayudarlo a cumplir con su cuota de producción.

Existen grandes desigualdades entre los jornaleros y el resto del personal de Firestone. Por ejemplo, un superintendente encargado de vigilar a los caucheros gana más de US$ 700 por mes, según su nivel de educación, vive en un bungalow bien amueblado y disfruta de otros beneficios, por ejemplo primas por una producción mensual superior a la establecida. En cambio, los caucheros y demás jornaleros viven en casas ruinosas, la mayoría de las cuales fueron construidas en la década de 1930, cuando Firestone empezó a operar; tienen un solo ambiente, no tienen electricidad ni agua corriente, ni retrete interior, ni cocina, ni cuarto de estar, ni cielo raso. Con sólo un techo improvisado de chapas de amianto, muchas de estas estructuras se llueven profusamente.“Cuando llueve, tenemos que poner tazones por todos lados para que el lugar no se llene de agua”, denunció un trabajador.
El agua limpia es un lujo en la plantación. En más de 20 campamentos visitados extra oficialmente por un equipo de investigación de SAMFU desde noviembre de 2006 hasta la fecha [de publicado el informe], había en promedio dos bombas manuales, para una población de aproximadamente 500 personas. Estas bombas están en pozos excavados a mano, que por lo tanto no tienen agua durante casi toda la estación seca. Esta situación no deja otra opción a los caucheros, los demás empleados no calificados y sus familias, que beber el agua de pozos poco profundos y pequeños arroyos. Mientras tanto, el resto del personal tiene acceso a agua corriente y a agua potable especialmente tratada dentro de la planta de procesamiento.

“Si usted ha visto a las personas que producen el látex, el lugar donde viven, el tipo de trabajo que hacen, la comida que comen y el dinero que llevan a casa como salario... tendrá conciencia de dónde proviene el caucho para los objetos que usa a diario.”
Extractado y adaptado de: “The Heavy Load. A Demand for Fundamental Changes at the Bridgestone/Firestone Rubber Plantation in Liberia”, publicado por Save My Future Foundation, junio de 2008
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