Como siempre que la energía nuclear está encima de la mesa, el debate está asegurado. Pero más allá de los conocidos pros y contras de dicha energía, debemos hacer hincapié en todos aquéllos intereses indirectos que genera una infraestructura como esta. Grandes inversiones, posibilidades de negocio, cambios sociales en zonas desfavorecidas y, desgraciadamente, intereses políticos, se mezclan con el debate de la seguridad nuclear.
